Vinieron por un Gliptodonte y hallarón un Megaterio
Aunque la imagen de Sid el protagonista de la Era de Hielo
no es tan precisa es la referencia más cercana y popular que tenemos de los
megaterios, antiguos osos perezosos que podían llegar a medir seis metros de
largo y que habitaron el Distrito ocho del municipio de Sucre, donde una
expedición paleontológica boliviano-argentino-uruguaya encontró una mandíbula en
el sector de Lloque Loma aproximadamente a tres kilómetros de Potolo.
Buscando Gliptodontes
El 25 de octubre dos vehículos, uno de la Dirección de Turismo del Gobierno Municipal de Sucre y otro del Concejo Nacional de Investigación Científica y Tecnológica de la República Argentina CONICET partieron al Distrito ocho para constatar el hallazgo de fragmentos de un caparazón o coraza de Gliptodonte, mamífero que vivió hace casi tres millones de años durante el pleistoceno, fue un animal parecido a un armadillo gigante del tamaño de un Volkswagen escarabajo.
En la zona Pablo Toriño de la Facultad de Ciencias Naturales
de la república de Uruguay que fue uno de los primeros en observar las piezas
de caparazón que se encontraban amontonadas en un montículo certifico que se
trataba de fragmentos de un gliptodonte adulto que según sus estimaciones es más
grande comparado a los observados en Yamparaez y el Parque Cretácico.
Los expertos argentinos y uruguayo llegaron a Bolivia con el
objetivo de encontrar nuevas especies de Gliptodonte que varían en su forma y
tamaño respecto a su adaptación a diferentes ambientes los encontrados en el
Distrito ocho son las especies que vivieron en mayor altura.
El paleontólogo argentino Alfredo Zurita aseguro que los
gliptodontes de Bolivia son mucho más pequeños que los de la región pampeana de
la Argentina, por lo mismo podrían constituir otra especie dentro de la misma
familia que habito durante la era de hielo países como Brasil, Estados Unidos,
Colombia, Venezuela, Argentina y Bolivia.
A lado de los fragmentos yace el caparazón que mide 1.35 cm,
enterrado de costado, la erosión de la tierra deja ver claramente los bordes blanquecinos y
el patrón de la coraza que se asemeja en ciertos sectores al dibujo
estandarizado de las flores con un círculo central grande rodeado de círculos
pequeñitos y en la parte más baja la coraza tiene un borde similar a una letra
m continua.
Un colegio apasionado por la paleontología
Fragmento de coraza ya extraídos de otros sectores de Potolo
se encuentran en dos salones de la escuela 6 de Junio B, tres totalmente limpios
en exposición y en otra sala varios estudiantes de tercero y cuarto de
secundaria trabajan con mucho entusiasmo en horarios extracurriculares
limpiando la tierra y sedimentos de un sinfín de piezas de diferentes tamaños,
según informo Douglas Rodriguez maestro del área de ciencias sociales.
Abran Cayhuara estudiante de la promoción cuenta que el
caparazón del herbívoro fue encontrado en la comunidad de Quetzera zona Kocho
K’asa por un estudiante de nombre Fredy Choque que informo al profesor Douglas
quien organizo una expedición y luego un plan de extracción de la pieza que
duro dos semana “a los chicos les encanto, iban todos los días entusiasmados en
grupos se turnaban llevando sus piquitos y pinceles” cuenta el maestro Rodriguez.
“Ese día del traslado ha llovido mucho pero estábamos bien
felices, todo el colegio fue a trasladar” cuenta Maritza Cervantes que nunca vio los restos de un animal semejante,
afirma que la mitad del camino los estudiantes llevaron sobre sus hombros el
caparazón del gliptodonte y luego les alcanzo una camioneta. Quienes fueron
aquel día se sienten orgullosos al haber aportado al crecimiento del atractivo turístico
de Potolo.
El año 2002 la profesora Lidia Espada comenzó un interesante
proyecto de formar una sala museo dentro del colegio con piezas que los
estudiantes pudieran recuperar de los alrededores y que antes se encontraban a
merced de la intemperie y la codicia de los extraños. Ahora se tiene una
colección completa de piezas paleontológicas y arqueológicas que van desde
chullpas, hachas, vasijas, plomadas, quipus, topos hasta fósiles de animales marinos
como caracoles y en este último tiempo gliptodontes.
Sin embargo los resultados de esta reciente expedición
internacional serán expuestos en el Museo de Interpretación Histórica que se
encuentra a lado del colegio 6 de Junio B, en la plaza central y que cuenta en
la actualidad entre sus mayores atractivos, piezas enormes de roca que fueron
recuperadas durante la construcción de una represa de agua y que contienen
huellas de Estegosaurios y Terópodos.
Apareció Sid
El 26 de octubre por la mañana los paleontólogos argentinos
Alfredo Zurita y Angel Miño se encontraban rastreando la zona de Lloque Loma,
mientras el doctor Francisco Cuadrelli y el uruguayo Pablo Toriño se esforzaban
por sacar una pieza de hueso semierosionada encontrada a pocos metros del
caparazón, la hipótesis que tenían era que se trataba del femur u otra parte
del gliptodonte.
Retornando sin novedades Zurita y Miño llegaron justo para
observar como dos horas de intenso piqueteo culminaban con la aparición de una
pieza de entre 30 a 40 centímetros que lograron extraer después de un
tratamiento de enyesado minucioso que estuvo a cargo de Cuadrelli y Toriño.
Al avanzar unos pasos a la derecha del lugar de trabajo el
experto Cuadrelli presta atención a una pieza que estaba expuesta y asombrado llama
la atención de sus compañeros “Mira!!!”, ante la incertidumbre seguida
de visible sorpresa y preguntas como “donde?”, “lo agarraste así nomás?” explica emocionado “estaba
acá nomas!”, luego el guía de la expedición Juan Carlos Daza apunta hacia otra
persona y afirma “ella lo movió hace rato en la mañana”.
“Moví una pieza grande
que estaba en una bajada casi fuera de la tierra y pregunte que podría ser, antes había hecho
otras preguntas con piezas que resultaron ser piedras, sedimento… bostas” afirma
la periodista de radio Alina Cuentas que se sumó casi de improviso a la expedición
en horas de la mañana. “como era ya casi noche y no se veía nada Ángel Miño me respondió - solo Dios sabe que será” cuenta
sin poder ocultar la emoción de haber contribuido al hallazgo.
“Mientras estaba sacando este material (el hueso), apareció
una mandíbula” asevera Cuadrelli que cambio totalmente su hipótesis sobre el
hueso extraído con tanto trabajo abriendo la posibilidad de que sea parte del
nuevo animal encontrado posiblemente el humero de perezoso. Con plena satisfacción la mandíbula fue
entregada de inmediato a Ángel Miño que comenzó a limpiarla y develo en su
parte superior cuatro fantásticos dientes cuadrados, perfectamente conservados
y en los cuales se puede apreciar la estructura de la pieza.
Dos animales del pleistoceno que dejaron sus restos casi
juntos, según los expertos porque ambas especies compartían los alimentos y el
agua muy escasos en esta zona lo cual hace suponer al igual que en la película
de dibujos animados “La era de Hielo” que distintas especies caminaban juntas en
manadas. Pero esto es una suposición bastante arriesgada y tal vez influenciada
por el celuloide, ya que se necesita investigar a profundidad la naturaleza de
estos hallazgos.
Lo cierto es ambos animales gigantescos que podrían batirse
incluso con dinosaurios (si hubieran coincidido en su tiempo) recorrieron las
pampas, los ríos, los cerros oscuros, circulares y característicos de Potolo
que ahora luego de millones de años inicios de noviembre podrá ver estas piezas
expuestas en el Museo de Interpretación del municipio.